8 panteones en México que seguro NO querrías visitar
- Rasteca
- 2 nov 2015
- 10 Min. de lectura
En estos días, con las celebraciones de Día de Muertos, los cementerios están abarrotados, llenos de luz y de colores. Pero ¿que tal el resto del año? es muy raro encontrar gente en un cementerio y menos en estos que tienen su bien merecida fama de embrujados.
He aquí la lista de los 8 PANTEONES MÁS FANTASMAGÓRICOS DE MÉXICO
1.- El Panteón Sanctórum
La entrada al panteón estaba sobre la calzada México Tacuba, El Sanctórum es un panteón que era para la gente más pobre porque en toda esa zona las personas que tenían un poco más de recursos económicos enterraban a sus difuntos en el Panteón Español o en el Alemán.
La historia más famosa de éste recinto es la de los dos compadres:
En esa área pegada a Río San Joaquín hay una fosa donde dicen que en alguna ocasión, un día de muertos, se pelearon dos compadres por la comadre. El esposo de la comadre cayó dentro de la fuente y murió ahogado, no se sabe si con el agua o con el alcohol que habían ingerido. La fuente no es muy honda pero dicen por ahí que lo había golpeado, entonces había caído sin sentido y con lo alcoholizado que estaba, ahí quedó…

El compadre, por su parte, se llevó a la viuda… Y por ahí cuentan que, justamente el día de muertos, a partir de las 7 de la noche sale el famoso compadre a tratar de buscar al otro que lo había sumergido en la fuente.
Eso ha de haber sido por allá de 1930 ó 28. Actualmente la fosa todavía existe, es la que se encuentra exactamente al fondo, y quien guste puede comprobar si realmente aparece el compadre en día de muertos.
2.- El Panteón Inglés
Cuentan que hace algunos años, allá por 1951 empezó a aparecer una mujer vestida completamente de negro en la carretera entre Pachuca y Real del Monte, ésta mujer hace señas de que se detengan, una vez que se encuentra en el asiento trasero del auto, la dama pide que la lleven frente al panteón inglés en Real del Monte, porque ahí la esperan.
Una vez en el panteón, la señora se baja del auto, le pide al chofer que la espere y atraviesa, literalmente, la reja del panteón.
Así como éstas, hay varias narraciones de personas a las que se les ha hecho presente la Dama de Negro, nadie sabe quién podría ser y porque siempre se dirige al Panteón Inglés. Si algún día te la encuentras en una noche de neblina, súbela a tu auto y pregúntale quién es o a quién busca, a lo mejor tú si la puedes ayudar.

3.- Panteon Civil de Iztapalapa
Esta es la historia de Juan, que era taxista de profesión y le gustaba hacer la ronda de la noche, por que cuando la ciudad era muchísimo más segura que en la actualidad, era cuando más se ganaba y no se tenía el peligro de que uno fuera a ser asaltado.
Juan se dirigió a dejar su pasaje al cerro de la estrella, quien había tomado si taxi justo después de haber comido unos tacos. De regreso a su casa, pasando justo enfrente del panteón civil de Iztapalapa su tripa lo obligó a parar el auto en seco, haciendo rechinar las llantas y saliendo desesperado del vehículo.
Vió un trozo de barda del panteón más bajo que los otros lados y sacó un par de servilletas de la bolsa del pantalón, cruzó como pudo aquella barda y no muy léjos del lugar vio un árbol grande donde se escondería perfectamente para poder hacer sus necesidades, ya en cuclillas se dio cuenta de lo que estaba haciendo y un escalofrío cruzó su mente, junto a aquel arbolote se encontraba una lápida que decía el nombre de una mujer, Martha Hernández Figueroa.

Derepente escuchó un sonido extraño y pensó que se avecinaba el cuidador del panteón haciendo su ronda, intentó que todo saliera más de prisa, pero volteó a todos lados y no pudo ver ni una luz, así que sintió un alivió pero también mucha ansiedad; de nuevo escuchó como algo caminaba entre las tumbas haciendo mover el pasto alrededor y pateando algunas rocas a su paso.
Muy nervioso de nuevo intento darle velocidad al proceso y repentinamente sintió como una mano le tocaba el hombro, dio un saltó de terror y pudo ver una mujer de aspecto pálido y huesudo al lado suyo en forma de un vapor extraño, la mujer lo llamaba por su nombre, a lo que Juan como pudo subió sus pantalones y cruzó una barda alta del panteón de un solo brinco para llegar al otro lado de la calle, corrió al taxi, prendió el auto y aceleró.
A partir de esa noche Juan comenzó con los pasajes en la mañana y nunca más puso un pie sobre un panteón o cerca de alguno.
4.- El Panteón Civil de Dolores
Es uno de los cementerios más grandes de la Ciudad de México, representando a su vez como un lugar de memoria y recuerdo para las personalidades más importantes de la historia del país. La historia de este cementerio se remonta al gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada cuando este gobernante decidió destinar una gran extensión de terreno en las barrancas de Chapultepec para proveer de mayor espacio para entierros ante la saturación de los cementerios más antiguos de la ciudad.

En este mismo cementerio se localiza un sitio en homenaje a los héroes y personajes ilustres de la vida nacional que con el paso de los años se convirtió en la Rotonda de los Personajes Ilustres. Esta rotonda está constituida con base en una planta circular en cuyo centro se localiza una antorcha, alrededor de la cual se encuentran los mausoleos de los héroes, políticos, artistas e intelectuales más destacados del país. Entre ellos podemos encontrar las tumbas de Dolores del Río, Agustín Lara, Diego Rivera, Lerdo de Tejada, Alfonso Reyes, Rosario Castellanos, entre otros.

Muchas son las historias que se cuentan en el panteón civil de la Ciudad de México. Como el del “Angelito-Diablito” que se presenta a los visitantes saliendo de las tumbas más antiguas, la que gira alrededor de la estatua del “Soldado” ubicada en la tumba del presidente Venustiano Carranza y la del “Charro negro” que se presenta como un doliente ante los descuidados visitantes para luego revelarse como el diablo.

Pero dentro de las historias más conocidas por el pueblo mexicano son la del soldado Figueroa, un general de división que todas las noches sale a cuidar el panteón. Trabajadores lo han visto, gente que incluso ha perdido la vida por la sorpresa de encontrarlo. Así como la historia del niño que te pide lo ayudes a llegar con su mamá porque se siente solo y los lamentos de mujeres y niños que se escuchan en los hornos. Incluso, hay quien dice haber visto a Diego Rivera pintando frente a un caballete en los camposantos.
5.- El Panteón de Belén
El Panteón de Belén es nombrado así por costumbre, mas su nombre correcto desde el siglo XIX es El Panteón De Santa Paula, inaugurado en 1848, abierto al público a mediados del siglo XIX y realizando la última inhumación hacia finales del mismo siglo. En la Actualidad es un museo de arquitectura, la característica principal del museo-panteón son las tumbas y mausoleos majestuosos.

Pero también sus múltiples leyendas, tales como la del estudiante de medicina, llaman la atención de muchos. Resulta que en esos años los que estudiaban el arte de curar a las personas estaban de internos en el Hospital Civil. Un día, un entusiasta y valiente estudiante les apostó a sus compañeros que entraría completamente solo al vecino panteón a las ocho de la noche, hora en que se daba el toque de ánimas y, según decían, salían los muertos de sus sepulcros.
Para confirmar su hazaña, les dijo que entraría hasta el fondo del corredor y clavaría un clavo, para que sus incrédulos compañeros lo vieran al siguiente día. Todos estaban a la espera del primer clamor de las ocho de la noche y al escuchar el primer campanazo, brincó la barda y entró al campo santo caminando con paso firme y seguro al fondo del corredor, cargando en sus manos un martillo y un clavo.
Cuando llegó al fondo del oscuro corredor, clavó el puntiagudo metal, pero al retirarse notó que alguien lo detenía. ¡Se le heló la sangre!, pues por más esfuerzo que hacía por correr, sentía que una tétrica mano lo tomaba fuertemente del hombro. Quiso gritar, pero no pudo; estaba tan asustado y desesperado que se desmayó.
Los compañeros, notando que había pasado una hora y no volvía, entraron al cementerio para ver qué había sucedido. Lo encontraron tirado en el suelo, pero sujeto a la pared con la capa clavada por el clavo. El estudiante volvió en sí, pero despertó completamente loco...

Otra es la leyenda del árbol del vampiro, cuenta la leyenda que hubo un vampiro que se alimentaba de la sangre de los tapatíos. Todo empezó cuando encontraban pequeños animales en la ciudad sin una gota de sangre. Después encontraron niños muertos y lo peor sin sangre.
Pánico reinaba en las calles al caer la noche. La gente no salía al oscurecer y se quedaban en sus casas rezando por sus vidas. Hubo unas personas que estaban cansadas de esta situación y se armaron de valor para acabar con la amenaza nocturna. Después de seguir la pista del Vampiro lo emboscaron. La misma noche le pusieron una estaca de madera en el corazón que la causo la muerte y al día siguiente la comunidad lo sepulto.
Después de muchos meses las lapidas fueron quebrantadas y un árbol salió de la tumba del vampiro, ese árbol todavía existe en el panteón y se cree que nació de la estaca que fue clavada en el corazón del Vampiro. Dicen que cuando la gente cortaba pequeños pedazos del árbol este sangraba, y durante la noche se dice que puedes ver las caras de las victimas reflejadas en el árbol.

Finalmente, la leyenda del ahorcado, un paciente muy enfermo de cáncer, este joven muchacho estaba muriendo y la madre del muchacho trataba de motivarlo a salir adelante pero nada aliviaba su dolor. Los doctores del hospital decían que habían hecho todo lo que estaba en sus manos y que no había más que hacer. Esa noche encontraron al joven colgado en un árbol al lado del hospital es decir, en el panteón.
Actualmente, solo queda el tronco del árbol y se dice que en la noche se ve la sombra del joven ahorcado.
6.- El cementerio de Xoclán
Este peculiar cementerio de Mérida ha sido investigado recientemente por supuestos fenómenos paranormales que se producen en él desde hace varios meses. Gran parte de las actividades paranormales podrían estar relacionadas con supuestos espíritus de niños enterrados en este cementerio, ya que algunos aseguran que incluso a plena luz del día, se pueden ver siluetas fantasmales de infantes que juegan en la sección infantil del cementerio, en donde también se han escuchado llantos .

Este cementerio ha presentado una gran cantidad de sucesos difíciles de explicar según muchos de sus visitantes, además de poseer gran cantidad de leyendas sobre los difuntos cuyo restos descansan en este lugar.
Ejemplo de ello es la experiencia de Samuel Frías Ventura y Margarita Hoil de Frías, un joven matrimonio de la ciudad de Mérida que acudieron al cementerio Xoclán a llevarle flores sus difuntos y comentan haber presenciado la siguiente experiencia: “Vimos claramente cómo dos veladoras que estaban cerca de la tumba de mi suegra de pronto se apagaron por completo e instantes después se prendieron solas, esto pasó al menos tres veces y la verdad nos asustamos porque no le hallamos explicación, éstas se extinguieron por completo, estamos seguros de que no fue como a veces ocurre que se pasa a apagar la mecha y después prende”.

Este supuesto fenómeno paranormal es denominado como “las velas de los espíritus”, en el que según la leyenda; 16 difuntos que descansan en este terreno santo son elegidos como guías para llevar a los nuevos difuntos hacia la paz del descanso eterno. Al parecer, suele darse de madrugada en cuatro puntos diferentes del lugar, y se cree que las velas que se encienden y se apagan solas (supuestamente por obra de esos “difuntos guías”) se apagan definitivamente cuando las almas de los nuevos difuntos llegan a su destino.
7.- Cementerio de Tamchén
El periodista Jorge Moreno quien se dedica por completo a invetigar la actividad paranormal, nombró éste cementerio como el más embrujado que había visitado, éstas fueron sus palabras:
"Para empezar déjeme comentarle que el panteón donde ocurren más fenómenos paranormales no es necesariamente el más grande, el más tétrico o el más obscuro. Ni tampoco es el más alejado de la civilización ni es el que tiene las tumbas más tenebrosas. Si fuera así, entonces el camposanto más embrujado podría ser el de Xoclan en Mérida (por ser el más grande, con más de 20 mil tumbas), el de Santamaría en Sacalum (por estar a un par de kilómetros monte adentro) por el contrario, el que un cementerio sea “bonito” no significa que no pase nada ahí...

Pero si tuviera que escoger, sin duda el más embrujado para mí es el de Tamchén, comisaría de Kinchil. La primera ocasión que lo visité fue en el año 2007, en esa ocasión, tanto mis dos acompañantes como un servidor, desde el inicio notamos que el ambiente de pronto se ponía frío (la temperatura bajó al menos unos 5 grados según el termómetro ambiental) y notábamos que “alguien“ nos observaba, "alguien" que no era precisamente de “carne y hueso”.
Mientras hacíamos el recorrido habitual en ese pequeño camposanto, sentíamos claramente la presencia de otras dos entidades más, no había la menor duda. También se aporreaban unas piedras como si se aventaran solas (venían de una pared donde no había nadie) y también sonaban con violencia las láminas que estaban encima de al menos dos tumbas. Un año después regresé y ocurrió exactamente lo mismo.

En ningún otro cementerio he sentido lo que viví ahí, quizás sea una o varias almas en pena que permanecen en ese lugar o bien que esporádicamente visitan ese sitio. Me enteré que en ese panteón, como en muchos otros, hacen brujería, pero no sé si ese sea el motivo. También me dijeron que ahí estaba enterrado un brujo muy poderoso, que ahí estaban también los cuerpos de cinco personas que habían fusilado durante la guerra de castas y que hace 40 años durante un pleito una persona macheteó y dio muerte ¡a su propio hijo!, que no pudo resguardarse detrás de una de las tumbas pues fue visto por su alcoholizado progenitor y asesino."
8.- Metro Panteones
Si bien no es un panteón, es un lugar ubicado justo entre cuatro panteones de la ciudad. Una de las estaciones con más historias en cuanto al fenómeno paranormal, donde conductores y trabajadores aseguran ver a gente cayendo a las vías para luego desaparecer.

A si mismo, gente lamentándose en las vías y no hay que olvidar la historia de la chica que trabajó en el metro durante los años ochentas. Una mujer que conducía el tren y en altas horas de la noche, le tocó ver lo que sus compañeros le comentaron que sucedía entre la estación Panteones y Cuatro Caminos.

Gente caminando en las vías del metro que busca seguir en el lugar donde fueron enterrados (se dice que durante la construcción del metro encontraron tumbas y fueron removidas).Con tantos panteones cerca no es difiícil de creerlo.
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